Rc Deportivo 2- Espanyol 3
17 minutos tardó el Espanyol en inaugurar el marcador. 197 minutos en lograr su primer tanto esta temporada. Lo hizo Callejón, intuitivo y mosqueado. Intuitivo porque fue el más listo al buscar el rechace del larguero después de un cabezazo de Nico Pareja en un corner; mosqueado porque el árbitro le enseñó unos segundos antes una amarilla por una caída dentro del área.
El gol ralentizó un tanto el partido y evidenció que el Deportivo no quería riesgos. Pese al marcador en contra, Lotina seguía apostando por mantener las líneas muy juntas. Era como si la alineación de Pochettino fuese la menos deseada. Sabía que estos puntas blanquiazules ofrecen movilidad y velocidad y optó por apretar al equipo.
El empate de Adrián, aprovechando un hueco entre la defensa, pareció que abría el camino a otro partido, pero no fue así. Antes del descanso, Callejón se escabulló en la frontal del área y puso un centro preciso para la cabeza de Forlín. El argentino cabeceó majestuosamente lejos del alcance de Aranzubia y dejaba el partido otra vez en ventaja para los de Pochettino.
Tras el descanso nada varió. El Espanyol se sentía seguro sobre el terreno de juego. Estaba cómodo, manejaba el ritmo, se acercaba con peligro y defendía con seguridad y anticipación. Al poco de comenzar Luis García dio el primer aviso y Verdú lo corroboró un poco después al recibir un pase de David García que le dejaba ante Aranzubia. El catalán, con toda la templanza y naturalidad del mundo, le superó colocando el 1-3 en el marcador para incredulidad de la afición local que le silbó en cada oportunidad que tocó la pelota.
Lotina tiró la casa por la ventana e hizo tres cambios de golpe. Sacó toda la pólvora que pudo y el equipo pareció reaccionar mínimamente. En cualquier caso, le dio un punto de velocidad de la que adolecía. A quince minutos para el final, Lassad redujo distancias después de una serie de rechaces dentro del área blanquiazul y levantó el ánimo de un equipo que se sentía descolocado dentro del campo y la deriva según el juego espanyolista.
Pochettino, que veía cómo el Deportivo, ahora sí, apretaba sacó a Roncaglia para aportar más solidez a la línea defensiva aunque lo colocó por delante de los dos centrales, echándole una mano a Moisés en un achique que duró hasta que el árbitro pitó el final con Aranzubia intentado rematar un corner a la desesperada.