30/8/09

1-0: Debut agridulce


Había dudas en los dos equipos que se enfrentaban en San Mamés. Dudas razonables, por otro lado. Los de Caparrós porque, pese a llevar seis partidos oficiales (dos de Supercopa y cuatro de UEFA) no acababan de convencer a sus aficionados. Los de Pochettino, justo por lo contrario, porque la trágica desaparición de Jarque dejó al equipo tocado durante unos días y aún parece que esté en la recta final de la pretemporada. Se enfrentaban el equipo más rodado con el que menos partidos ha disputado. En cualquier caso, lo que los dos querían era abandonar esas sensaciones cuanto antes y dar lo mejor de sí mismos. Fundamentalmente para recuperar su imagen de equipos curtidos, sólidos y eficaces.

Pochettino optó por un patrón clásico en la alineación. Sin De la Peña, con Forlín recién llegado y teniendo que recomponer toda la defensa y el centro del campo, el técnico confió en una pareja de centrales formada por Pareja y Roncaglia para enfrentarse a Toquero y Llorente y dejó en ataque la movilidad y la combatividad de Iván Alonso y Tamudo a los que se unía siempre que podía Luis García.

El combate defensivo fue desigual en cuanto a fuerzas. Los delanteros del Athletic sobrados de centímetros, intentaron imponer todo el tiempo el aspecto físico, aunque no siempre lo consiguieron. Kameni tuvo que emplearse a fondo durante algunos instantes, mientras que Gorka se llevó algún susto con la velocidad visitante y un chut de Tamudo desde medio del campo, cuya intencionalidad fue aplaudida por la grada.

El partido tuvo durante muchos minutos el argumento de la intensidad, con algún destello de buen juego. El inicio del campeonato y el intenso calor que hacía en Bilbao obligaba a los jugadores a recuperar el aliento cada pocos metros. Nakamura fue dejando destellos de su clase y Verdú, de su inteligencia organizativa, mientras que el mayor reconocimiento de la grada se lo llevaba en cada acción el jovencísimo Muniain quien, sin haber cumplido los 17, ya se ha ganado un hueco entre la afición.

Los minutos fueron discurriendo más entre las ganas de conseguir un resultado positivo que en la fluidez para lograrlo. El partido seguía repleto de alternativas y de incertidumbres. Ni siquiera la entrada de hombres de refresco alivió a los equipos que comenzaban a acusar no sólo el cansancio físico sino también el mental, como si evidenciaran que realmente se encuentran aún en fase de construcción.

En ese punto estaban ambos, cuando Toquero se llevó por velocidad una pelota (pareció un fuera de juego muy claro) y superó a Kameni en su salida cuando el partido entraba en la recta final. Curiosamente, la exigua renta provocó que los locales se encerraran en su área, para desespero de los aficionados, y los de Pochettino se lanzaran en busca de un empate que se escapó y que les dejó sin premio y con una sensación agridulce en este inicio de campeonato.